«De la planificación estratégica a la salud organizacional: Nuevo desafío de los directores» es el tema que nos propone Willem F. Schol, Presidente de AmericaRetail & Malls.
Es innegable que contar con un sólido plan estratégico a largo plazo, gestionar eficientemente los riesgos del negocio y supervisar adecuadamente la gestión administrativa de la empresa son responsabilidades claves del directorio y sus directores.
Sin embargo, en los últimos años, especialmente con la pandemia del COVID-19, ha surgido un creciente interés en la importancia de la salud organizacional para potenciar el rendimiento empresarial a largo plazo. Surge la interrogante: ¿Están dispuestos los directores y directorios de las empresas a asumir la responsabilidad de la salud organizacional como factor crucial para el éxito a largo plazo? ¿O prefieren mantenerse en una zona de confort, sin reconocer que una cultura de trabajo saludable es fundamental para superar a la competencia?
La salud organizacional va más allá de la planificación estratégica y la gestión de riesgos. Se refiere a la capacidad de una organización para aprovechar al máximo su talento, recursos y cultura para alcanzar sus objetivos estratégicos y metas. Esto implica crear un ambiente de trabajo que fomente la colaboración, la creatividad, la innovación y garantizar que los empleados estén comprometidos, motivados y dispuestos a contribuir al éxito de la empresa.
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Según un estudio de McKinsey, las organizaciones con una salud organizacional sólida superan a sus competidores en rentabilidad, crecimiento y valoración de mercado. Estas organizaciones son más capaces de adaptarse a los cambios y aprovechar las oportunidades, lo que les permite mantener su ventaja competitiva a lo largo del tiempo.
Para construir la salud organizacional, es fundamental promover la comunicación efectiva, implementar programas de bienestar, ofrecer flexibilidad laboral y garantizar la seguridad de los empleados.
A medida que las organizaciones buscan adaptarse a un entorno empresarial en constante evolución, la salud organizacional se convierte en un pilar clave para lograr un éxito sostenible.
Para lograr una salud organizacional sólida, las organizaciones deben enfocarse en aspectos como la claridad y coherencia en la estrategia, la efectividad de los líderes, el compromiso de los empleados y la cultura empresarial. Al abordar estos aspectos y crear un entorno de trabajo saludable, las organizaciones pueden mejorar su desempeño a largo plazo y garantizar su éxito continuo en un mercado cada vez más competitivo.
Impulsar la salud organizacional de una empresa implica garantizar el bienestar físico, emocional y social de los empleados, así como fomentar una cultura laboral positiva y colaborativa.
Algunas formas de fortalecer la salud organizacional de una empresa incluyen:
1. Fomentar la comunicación efectiva y abierta entre colaboradores y dirección, creando un ambiente de confianza y respeto mutuo.
2. Implementar programas de bienestar que promocionen hábitos saludables, como la actividad física, alimentación balanceada y manejo del estrés.
3. Incentivar a los empleados a equilibrar su vida laboral y personal, respetando sus tiempos y necesidades fuera del trabajo.
4. Ofrecer flexibilidad laboral, horarios flexibles y trabajo remoto para que los empleados puedan cumplir con sus responsabilidades laborales y personales.
5. Brindar programas de capacitación y desarrollo profesional, apoyando el crecimiento personal y la realización de metas individuales de los colaboradores.
6. Garantizar la seguridad de los colaboradores en el lugar de trabajo, promoviendo un ambiente libre de acoso laboral, discriminación y violencia.
7. Promover la diversidad en todos los niveles de la organización, respetando las diferencias individuales y fomentando un ambiente inclusivo y respetuoso.
8. Fomentar la colaboración entre los distintos equipos de trabajo, impulsando la comunicación, el apoyo mutuo y la resolución conjunta de problemas.
¿Están los directores y directorios listos para asumir la responsabilidad de construir una cultura de trabajo saludable que garantice el éxito sostenido de la empresa en un entorno empresarial en constante cambio? La respuesta podría marcar la diferencia entre el fracaso y el éxito en un mercado cada vez más competitivo.