Según publica expansion.mx, la Generación Z emerge como una fuerza que marca nuevas pautas en la gestión del talento para las compañías. El nuevo escenario exige cambiar por completo las estrategias de atracción y fidelización de talento humano. Los llamados zoomers —nacidos entre mediados de los 90 y principios del 2010— no solo representan el futuro del trabajo, sino que remodelan el presente, redefinen las prioridades empresariales y presentan necesidades clave.
A diferencia de sus compañeros de generaciones anteriores, como la millennials y Gen X, se desenvuelven en un entorno completamente digital. Son la primera generación que no conoció un mundo sin internet. Por un lado, su arraigo en plataformas y redes sociales va más allá de una preferencia: es un criterio esencial.
Los centennials son digitales, buscan desafíos que fomenten su competitividad individual, pero también valoran la capacidad de trabajar en equipo.
Debido a lo anterior, las estrategias de atracción de talento deben ajustarse a estos requisitos innegociables, con procesos de selección más tecnológicos, que aprovechen la experiencia inmersiva que las nuevas tecnologías proporcionan para destacar en el ecosistema digital. Asimismo, los empleadores deben ofrecer proyectos que satisfagan ambas necesidades de los zommers: la competencia personal y la creación de ambientes propicios para la colaboración.
En adición, la Gen Z destaca por la creciente importancia que otorga a la responsabilidad ambiental, tanto en la vida social como en la corporativa. Ya no se trata sólo de adoptar prácticas sostenibles, sino de un interés y responsabilidad genuinos, sin greenwashing. Debido a esto, las organizaciones deben demostrar un compromiso activo social y ambiental serio, desde reducir el uso de plásticos de un solo uso hasta buscar la neutralidad de carbono.
La sostenibilidad no es solo una tendencia de moda a seguir, sino un imperativo para atraer y retener a estos nuevos colaboradores con otra mentalidad. En esta reevaluación de prioridades hacia asuntos ambientales, sociales y de gobernanza (ESG), las organizaciones deben integrar estos principios en su ADN para demostrar un compromiso real con la construcción de un futuro sostenible.
Por otro lado, estos jóvenes priorizan esquemas de trabajo remotos e híbridos a la hora de elegir un empleo, haciendo de la flexibilidad, la moneda de cambio de quienes serán el futuro laboral acorde a sus demandas. La flexibilidad no es simplemente una opción, es el activo más valioso para atraer y retener talento. Las empresas que abracen esta demanda, ofreciendo la libertad de elegir dónde y cómo trabajar, estarán en la vanguardia de la competencia por el mejor talento.
Como vemos, existe una necesidad de construir estrategias de gestión y atracción que acondicionen los entornos laborales hacia los centennials, quienes ofrecen mucho a las empresas que están dispuestas a adaptarse. No obstante, esta transformación también plantea desafíos que deben abordarse mediante la creación de experiencias laborales que fomenten un sentido de pertenencia y contribución al futuro del talento empresarial.
En conclusión, no cabe duda que esta evolución del panorama laboral marcará un antes y un después. Hoy se vuelve imperativo para los profesionales de Recursos Humanos de las compañías comprender que las nuevas generaciones de candidatos buscan flexibilidad, crecimiento, sentido de pertenencia, entornos hiper digitalizados. De otro lado, la Gen Z tiene mucho que ofrecer, como su creatividad, adaptabilidad y compromiso socio ambiental en un entorno donde además puedan converger armónicamente con distintas generaciones.
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Nota del editor: Joseph Zumaeta es Country Manager de Pandapé
Fuente: expansion.mx