Por Comunicado de Prensa
Los altos ejecutivos de hoy se enfrentan a desafíos nunca antes vistos. Navegar por el regreso a la oficina y los acuerdos de trabajo híbridos, la escasez de talento, la inestabilidad geopolítica, las presiones inflacionarias y la disrupción creada por los avances en tecnológicos y la inteligencia artificial (IA), se combinan para crear la tormenta perfecta para quienes lideran las empresas.
Para indagar en este escenario, LHH Recruitment Solutions, empresa global de Recursos Humanos enfocada en selección y consultoría de posiciones ejecutivas y estratégicas, reveló las principales conclusiones de su informe mundial “Cerrando la brecha ejecutiva”, el cual da cuenta del impacto de estos “formidables cambios”, que están exponiendo a los altos directivos a un fenómeno de sobrecarga laboral y agotamiento denominado “burnout ejecutivo”.
De hecho, el informe incorpora una encuesta realizada a más de dos mil ejecutivos de nivel C en Canadá, Estados Unidos, Reino Unido, Suiza, Alemania, Francia, Singapur, Australia y América Latina, donde el 52% de los ejecutivos afirman que los altos directivos están sobrecargados de trabajo y agotados. “Estos resultados revelan una preocupación generalizada a nivel mundial con respecto al agotamiento dentro de los equipos de liderazgo, y más de la mitad expresa preocupación. La necesidad de abordar el agotamiento se convierte en un imperativo crítico para mantener un liderazgo eficaz y la resiliencia organizacional”, señala Marcelo Aravena, CEO de LHH Recruitment Solutions Chile.
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A su vez, el informe revela que un 60% de los ejecutivos desearía disponer de más opciones de apoyo para enfrentar sus desafíos internos y externos, entre los que se cuentan la asignación de recursos, retener y encontrar talento, las incertidumbres económicas, la competencia del mercado y el cumplimiento regulatorio. “Los ejecutivos expresan un rotundo deseo de contar con un conjunto más completo de opciones de apoyo profesional. Los mecanismos de apoyo individualizados, en particular aquellos orientados a mejorar las capacidades de toma de decisiones, como el mentoring y el coaching entre pares, se identifican como las formas de asistencia más solicitadas”, comenta Aravena.
El síndrome de burnout es una consecuencia del estrés, declarado en el año 2000 por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como un factor de riesgo laboral por su capacidad de afectar la calidad de vida, salud mental e incluso amenazar la sobrevivencia de las personas. Se define como una forma inadecuada de gestionar el estrés crónico, que ocasiona un menor desempeño personal.
Potenciar la toma de decisiones
Un factor primordial de preocupación para los altos directivos son los inminentes desafíos de transformación digital y la fuerza disruptiva de la inteligencia artificial, “que demandan un“enfoque proactivo y estratégico para navegar por las complejidades del entorno empresarial moderno”, señalan entre sus conclusiones el informe.
Y aunque la revolución tecnológica está en el centro de atención, está lejos de ser el único motivo de preocupación: dos de las cinco brechas de desempeño dentro de los equipos directivos se relacionan con la toma de decisiones. Los ejecutivos reconocen la complejidad de gestionar y resolver de forma acelerada, durante momentos cruciales y que nunca experimentaron antes, ya sea ascendiendo a un nuevo rol, gestionando una gran fusión u operando en un nuevo entorno.
“La toma de decisiones surge como un punto central de preocupación, lo que refleja el papel fundamental que desempeña en la dirección de las organizaciones en tiempos turbulentos”, añadió Aravena, quien recalcó que los altos responsables demandan mecanismos de apoyo orientados a mejorar esta capacidad, entre ellos servicios de mentoría y coaching, capacitación, evaluaciones de liderazgo y desempeño y formación sobre tecnología.
Los hallazgos del reporte establecen que las cinco principales áreas de mejora en este punto son la capacidad de pensamiento estratégico, la toma de decisiones ética, el conocimiento sobre tecnologías digitales, la gestión del cambio y la resolución creativa de problemas. Desde LHH concluyen que fortalecer las competencias en estas cinco áreas es fundamental “para guiar a las organizaciones en tiempos turbulentos”, caracterizados por las transiciones ejecutivas y el ascenso a nuevas responsabilidades.
“En el contexto empresarial contemporáneo, los altos ejecutivos enfrentan desafíos complejos que requieren un enfoque integral y una visión de futuro. Para navegar con éxito esta dinámica, es fundamental abordar los retos tecnológicos, combatir el agotamiento, fortalecer las capacidades de toma de decisiones e invertir en mecanismos integrales de apoyo profesional y planeación de la sucesión los cuales serán fundamentales para navegar la intrincada dinámica del liderazgo en 2024 y más allá”, planteó Marcelo Aravena.