Las mujeres peruanas emergen como un ejemplo de perseverancia y resiliencia en esta contienda. A lo largo de décadas, han demostrado una notable fortaleza y determinación para emprender y buscar alternativas que les permitan proveer para sus familias y alcanzar su crecimiento personal y profesional.
Según datos de la Encuesta Nacional de Hogares (Enaho), las mujeres representan el 50,4% de la población en el Perú, lo que equivale a casi 17 millones de individuos. Esta cifra evidencia su presencia significativa en todos los ámbitos de la sociedad, donde las mujeres están constantemente en búsqueda de nuevas oportunidades para su desarrollo integral.
Un aspecto destacable es que el 35,9% de los hogares en el país son liderados por mujeres, quienes asumen roles protagónicos en la crianza de sus hijos y la gestión del hogar. Además, según cifras del Ministerio de la Producción, alrededor de un millón y medio de pequeñas y medianas empresas son dirigidas por mujeres en el Perú, reflejando su creciente participación en el ámbito empresarial.
Un ejemplo concreto de esta tendencia se observa en el sector de las bodegas. De acuerdo con la Asociación de Mujeres Bodegueras del Perú (Agremub), actualmente existen más de 500 mil bodegas en el país, y sorprendentemente, el 70% de ellas están a cargo de mujeres, lo que representa más de 350 mil emprendimientos liderados por mujeres. Este fenómeno resalta cómo las bodegas se han convertido en una opción de emprendimiento cada vez más popular entre la población femenina, brindándoles la oportunidad de generar ingresos y contribuir al sustento de sus familias.
Estudios realizados por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) sobre la inserción de la mujer en actividades productivas y empresariales en América del Sur indican que la inclusión de las mujeres no solo contribuye al incremento del capital humano disponible a nivel macroeconómico, sino que también genera ingresos que benefician tanto a ellas como a sus familias a nivel microeconómico.
Es innegable que la inclusión de las mujeres juega un papel fundamental en el crecimiento socioeconómico del país. Promover su participación en la fuerza laboral no solo es una cuestión de equidad e igualdad de oportunidades, sino que también es crucial para el desarrollo social y económico sostenible. Por ende, es esencial implementar políticas y medidas que protejan y fortalezcan a los pequeños y medianos negocios, como las bodegas, con el fin de garantizar un acceso adecuado de las mujeres al sector formal de la economía peruana y promover su empoderamiento económico y social.