Phalsbourg, accionista del mayor centro comercial de Madrid, solicita concurso voluntario: Un impacto en el sector retail
El panorama económico en el sector retail de España vive momentos convulsos, especialmente con la reciente decisión de Compañía de Phalsbourg, accionista del Oasiz, el mayor centro comercial de Madrid, de solicitar un concurso voluntario de acreedores. Esta medida ha generado preocupación entre los acreedores y otros stakeholders del sector, especialmente después de que un grupo de ellos lograra impugnar el plan de reestructuración que la empresa había presentado.
La solicitud de concurso se presentó ante el Juzgado de lo Mercantil nº14 de Madrid, donde Phalsbourg busca facilitar su situación financiera a través de un proceso que le permita reorganizar sus deudas sin la intervención de un administrador concursal con plenos poderes. Esta estrategia la diferencia de un concurso necesario, que habría sido requerido por los acreedores y que puede resultar en una gestión más restrictiva de los activos de la empresa.
El Oasiz, ubicado en Torrejón de Ardoz, a 25 kilómetros de Madrid, fue inaugurado en diciembre de 2021, pero desde un principio ha enfrentado dificultades. El centro comercial, que ocupa una superficie de 250.000 metros cuadrados, fue un proyecto ambicioso que se vio afectado por la pandemia y la subida de costos de construcción, lo que dificultó su apertura y posterior funcionamiento.
Implicaciones del concurso
La decisión de Phalsbourg de solicitar un concurso voluntario llega en un momento crítico, ya que la empresa enfrenta un horizonte financiero muy complicado. Según la jueza que rechazó la homologación del plan de reestructuración anterior, la empresa no tiene ingresos ni recursos suficientes para continuar operando. En sus declaraciones, enfatizó que «la empresa es inviable desde un punto de vista económico y financiero y está abocada a la liquidación».
El total de las deudas acumuladas por Compagnie de Phalsbourg con sus filiales en España asciende a 265 millones de euros. Este es un factor que llama la atención de los acreedores, quienes han comenzado a reactivar acciones legales contra la matriz francesa, en busca de respuestas ante la inestabilidad financiera de la filial española.
Un socio clave: Cale Street
Como parte del complicado entramado financiero, se destaca la relación con Cale Street, un fondo que ha jugado un papel crucial en la refinanciación de los activos de Phalsbourg y su filial Carlotta, dueña del 75% de Oasiz. Cale Street ha inyectado 20 millones de euros en un intento de revitalizar Oasiz, además de haber adquirido un control significativo sobre los derechos de voto de la empresa.
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La estrategia del fondo es bastante clara: no solo buscan estabilizar a Oasiz, sino también plantear un proceso de venta en los próximos dos años, a la espera de que el mercado pueda ofrecer un rendimiento favorable en el futuro. Para ello, han contratado a Eurofund, un experto en gestión de centros comerciales, con el objetivo de reactivar el interés y la atractividad del Oasiz.
El papel de los acreedores en este contexto es crucial. Representados por despachos como Silva Valdés, Gómez-Acebo & Pombo y Ramón y Cajal Abogados, están de lleno en el proceso judicial para reactivar los reclamos contra la matriz francesa del grupo. Este conflicto legal se produce en un escenario de vulnerabilidad financiera en el que los acreedores luchan por recuperar sus inversiones, bajo la sombra de una potencial liquidación de la empresa.
La tensión entre la voluntad de Phalsbourg de gestionar su propio destino y las acciones legales de los acreedores es representativa de un sector que ha sido golpeado fuertemente por cambios en los hábitos de consumo, impulsados en parte por la pandemia.
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El contexto actual plantea diversas interrogantes sobre el futuro de Oasiz y, por extensión, del sector retail en Madrid. La tendencia hacia el comercio electrónico ha tenido un impacto profundo en las ventas físicas, obligando a los centros comerciales a replantear sus modelos de negocio. Aunque Oasiz se describe como un destino de entretenimiento, la realidad económica impone límites severos.
Para el sector, la confluencia de estas dificultades subraya la necesidad de adaptar sus estrategias, innovar y generar valor en nuevas formas. Los centros comerciales deberán, sin duda, evolucionar para permanecer relevantes y atractivos en un mercado cada vez más digitalizado.
La solicitud de concurso voluntario presentada por Phalsbourg evidencia los desafíos que enfrenta el sector retail en España, especialmente en el contexto actual. Con un Oasiz que, a pesar de su enorme potencial, lucha contra adversidades económicas y legales, queda por ver cómo se resolverá esta situación.
El desenlace del concurso y la reacción de los acreedores tendrán un impacto significativo no solo en la empresa, sino también en el futuro de los centros comerciales en una era que demanda agilidad y adaptabilidad. La estrategia que adopten tanto Phalsbourg como sus acreedores puede sentar un precedente para otros actores del sector en el camino hacia la recuperación.