El centro comercial Bonaire ya trabaja en su reapertura
El centro comercial Bonaire, situado en Aldaia, Valencia, ha sido el escenario de una verdadera catástrofe tras el paso de la DANA (Depresión Aislada en Niveles Altos) el pasado 29 de octubre. Lo que parecía un bulo en redes sociales —un tractor saliendo de una tienda de ropa inundada de barro— terminó siendo una realidad que ha dejado imágenes propias de una película distópica. La tormenta causó destrozos masivos en la planta baja del centro comercial, afectando a la mayoría de las tiendas y sumiendo en el caos a uno de los espacios de ocio y compras más importantes de la Comunidad Valenciana.
Ahora, Bonaire está centrado en una ardua tarea de limpieza y recuperación, aunque la reapertura sigue siendo incierta. En este artículo, exploraremos el impacto de la DANA en el centro comercial, los desafíos que enfrenta para su rehabilitación y cómo este desastre ha afectado tanto a los comerciantes como a las operaciones de compraventa del complejo.
Un centro comercial devastado: Daños y saqueos
La intensidad de la DANA sorprendió a todos. Las lluvias torrenciales inundaron por completo la planta baja del centro comercial Bonaire, dejando barro y agua acumulada que alcanzaba la altura de las rodillas. Los empleados y operadores de tiendas se encontraron con un panorama desolador: estanterías y mobiliario destruidos, mercancía dañada y superficies totalmente embarradas. Las labores de limpieza comenzaron inmediatamente, con trabajadores y personal de mantenimiento dedicados a despejar el lodo y evaluar los daños.
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Sin embargo, la tragedia no se limitó a los destrozos físicos. Tras el paso de la tormenta, el caos y la falta de seguridad permitieron que ocurrieran saqueos en varias tiendas. Algunas entradas traseras fueron forzadas, y muchas tiendas mostraban signos de haber sido abiertas a la fuerza. Las autoridades locales y equipos de vigilancia han estado trabajando de manera continua para evitar más robos, y la presencia policial se ha intensificado desde el primer día.
El proceso de recuperación no solo implica limpiar el barro y reparar infraestructuras, sino también evaluar el estado de la mercancía afectada. En muchas tiendas, los empleados han comenzado a clasificar las prendas en tres categorías: embarradas, mojadas y secas. La ropa que ha quedado húmeda probablemente deberá desecharse debido al riesgo de moho, mientras que las prendas secas podrían recuperarse para la venta o ser donadas.
En algunos casos, la mercancía dañada será reciclada, mientras que otros artículos se reservarán como pruebas para presentar ante las aseguradoras. La situación es complicada, ya que los protocolos de los seguros pueden resultar confusos, y muchas tiendas se encuentran en el proceso de documentar y justificar sus pérdidas para reclamar compensaciones.
El objetivo del centro comercial Bonaire es volver a abrir lo antes posible, pero la magnitud de los daños ha dejado la fecha de reapertura en el aire. Fuentes cercanas al complejo han señalado que es demasiado pronto para estimar cuándo estarán operativas todas las tiendas. Además, los trabajos de reparación y limpieza podrían extenderse por al menos un mes más, según han indicado algunos operarios consultados.
El impacto de la DANA es particularmente preocupante para los comerciantes, ya que el último trimestre del año, que incluye la campaña de Navidad, es una de las épocas de mayor facturación. Para muchos establecimientos, esta temporada representa la mayor parte de sus ingresos anuales, y la imposibilidad de abrir a tiempo podría traducirse en pérdidas significativas. Además, se prevé que la reapertura será gradual, con algunos negocios retomando operaciones antes que otros, dependiendo del nivel de daño sufrido.
Venta paralizada por la tormenta
El desastre natural también ha afectado una operación importante para el centro comercial: la venta de Bonaire a Castellana Properties, que estaba negociando la compra del complejo por 240 millones de euros. La firma de esta transacción se ha retrasado debido a los daños causados por la DANA. Aunque las conversaciones entre ambas partes continúan, el estado actual del centro comercial y la incertidumbre sobre la reapertura han añadido complejidades a la negociación.
Este retraso en la venta ha generado inquietud tanto entre los propietarios actuales como entre los potenciales compradores. La evaluación completa de los daños y los costes asociados a la recuperación del complejo podrían influir en el precio final de la transacción y en los términos del acuerdo.
Los comerciantes afectados han comenzado a organizarse para solicitar a la administración del centro comercial soluciones respecto a los alquileres y compensaciones por las pérdidas económicas. Los alquileres mensuales de los locales en Bonaire son elevados, y muchos inquilinos enfrentan dificultades para cubrir estos costes mientras sus tiendas permanecen cerradas y sin generar ingresos.
La presión de los comerciantes para renegociar los contratos y recibir apoyo financiero es alta. Algunos han sugerido la posibilidad de suspender temporalmente los pagos de alquiler o de ofrecer descuentos hasta que las tiendas puedan reabrir y retomar la actividad normal. La propiedad de Bonaire ha reconocido la gravedad de la situación y está en conversaciones con los inquilinos para encontrar una solución que sea justa para ambas partes.
Bonaire no es solo un centro comercial, sino también un importante punto de encuentro para la comunidad de Aldaia y las zonas aledañas. La tormenta ha afectado a cientos de trabajadores y ha generado un gran impacto económico en la región. La rápida respuesta de los equipos de limpieza y el apoyo de las autoridades locales han sido cruciales para mitigar los daños, pero la recuperación total del complejo aún llevará tiempo.
La comunidad ha mostrado solidaridad con los afectados, y se han organizado campañas de donación para ayudar a los empleados de las tiendas que han perdido sus fuentes de ingreso. Además, algunas marcas han decidido donar parte de la mercancía dañada pero recuperable a organizaciones benéficas, en lugar de desecharla.
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La reapertura de Bonaire es fundamental para reactivar la economía local y ofrecer a los clientes el espacio de compras y ocio al que están acostumbrados. Aunque el proceso de recuperación es complejo y la incertidumbre persiste, tanto los comerciantes como los administradores del centro están comprometidos a trabajar juntos para superar esta crisis. La tormenta ha dejado un recuerdo amargo, pero también ha mostrado la resiliencia de una comunidad dispuesta a levantarse y reconstruir.
La experiencia de Bonaire podría servir como un aprendizaje valioso para otros centros comerciales en la región, que también podrían verse afectados por fenómenos meteorológicos extremos en el futuro. La planificación para desastres naturales, la mejora de las infraestructuras y la implementación de protocolos claros para emergencias serán aspectos clave para garantizar la seguridad y la continuidad operativa en situaciones similares.